En plena negociación «hispano-española» de la aplicación de la Política Agraria Común 2014-2020, la Comisión Europea ha gritado a los cuatro vientos que el camino hacia la tasa plana por hectárea es imparable. Lo que dicho con sus propias palabras es: «El objetivo es hacer la PAC más justa».
Sin embargo, España no la va a aplicar todavía, aunque va a iniciar el camino hacia la convergencia. De este modo, tal y como contaba Lacriba.net a principios de julio, la tasa plana por hectárea puede convertirse en pan para hoy y hambre para mañana en nuestro país.
Y puede considerarse que dicha afirmación se ha hecho a los cuatro vientos porque se ha realizado en una recién estrenada campaña de promoción, titulada «Cuidando nuestras raíces», con la que se pretende informar a la ciudadanía de la importancia de la PAC 2014-2020. Así, esta campaña incluye como material una serie de preguntas destinadas a explicar los porqués de la futura PAC entre las que queda claro que el objetivo es igualar el pago por hectárea. Los razonamientos y argumentaciones que ofrece Bruselas están tan bien explicados y argumentado, que lo más conveniente es reproducirlos a continuación.
«¿Se trata del mismo modo a todos los agricultores?
Debido a la forma en que se ha desarrollado la Política Agrícola Común y el uso de «referencias históricas», el nivel de la ayuda puede variar considerablemente de una finca a otra, de un país miembro a otro o de una región a otra. Uno de los principales objetivos de la reforma de la PAC aprobada en 2013 es reducir la brecha en los niveles de apoyo entre los países miembros, las regiones y los agricultores durante el período 2014-20. El objetivo es hacer la PAC más justa.
En el caso de un país miembro o región que formaba parte de la UE antes de 2004, la situación actual se explica por el hecho de que, en un principio, el importe de la ayuda obtenida dependía del apoyo que la comunidad recibió durante el 2000-02 período de referencia, la superficie de tierra cultivada y el modelo de ayuda adoptada por cada país miembro. Como resultado, un agricultor puede recibir ayuda de 50€ por hectárea, mientras que su vecino podría recibir 1.000€ por hectárea, para lo que es, en términos agronómicos, una extensión absolutamente idéntica de tierra.
Desde la reforma de la PAC de 2003, los países miembros «antiguos» han sido capaces de redistribuir esta ayuda directa a los agricultores en forma individual o regional, o con una combinación de ambas. Los modelos regionales e híbridos se pueden utilizar para corregir la injusticia percibida. De los 15 países miembros interesados, sólo Alemania ha abandonado totalmente las referencias históricas.
En el caso de los países que han ingresado en la UE desde 2004, los pagos directos se basan en una cantidad fija por hectárea, que es la misma para todos los agricultores de los países en cuestión.
Aunque la Comisión ha propuesto, en varias ocasiones desde 1999, establecer un límite máximo para los pagos directos con el fin de hacer más justa la distribución de la ayuda, varios países miembros han rechazado la propuesta.
A nivel comunitario, se hará un esfuerzo para lograr la convergencia con el fin de reducir la brecha entre los niveles de las ayudas directas recibidas por los países miembros. En el marco de las decisiones adoptadas en junio de 2013, la distribución del presupuesto de la PAC se asegurará de que ningún estado miembro reciba menos del 75% de la media comunitaria en 2019. Dentro de un mismo estado miembro o región, las divergencias en los niveles de la ayuda se reducirá de una explotación a otra: la ayuda por hectárea no podrá ser inferior al 60% de la media de las ayudas concedidas en 2019 en una sola área administrativa o agronómica. Los estados miembro podrán aumentar el apoyo a las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas mediante la asignación de mayores niveles de ayuda a las ‘primeras’ hectáreas de la explotación. Para los nuevos estados miembro, el régimen de pago simplificado Area (SAPS) —un pago único por hectárea— se puede extender hasta el año 2020″.