“El gobierno español no va a apoyar la tasa plana”. Esa es una de las máximas que ha defendido el titular del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en las negociaciones de la futura PAC 2015-2020.
De este modo, uno de los grandes objetivos marcados por la Comisión Europea de Agricultura para 2019 —conseguir equiparar las ayudas económicas que reciben las hectáreas agrícolas de los 28, pertenezcan éstas a Hungría, Polonia, Dinamarca o Italia— no se va a cumplir, al menos en España.
Sin embargo, lo que hoy se puede considerar un logro, puede convertirse en todo un problema a partir de 2020, ya que varias fuentes entendidas en Política Agraria Comunitaria coinciden en que la tendencia europea es seguir caminando hacia la tasa plana: es decir, que las ayudas por hectárea sean iguales en todos los estados de la Unión, lo que beneficiaría a los nuevos miembros de la UE y perjudicaría al “grupo de los 15” (entre los que se encuentra España).
Así lo aseguró el director general de Producción Agraria, Carlos Cabanas, durante una rueda de prensa que realizó en Zaragoza, donde viajó para explicar a los representantes agrarios de la región los objetivos conseguidos en Bruselas.
Por otra parte, el director general de Producción Agraria del Gobierno de Aragón, Jesús Nogués, también reconoce que “posiblemente” la tendencia de la Comisión Europea a partir de 2020 sea incidir en esa convergencia; algo que también dejó entrever en septiembre de 2012 el miembro del Departamento de Estudios Agrarios del Parlamento Europeo, Albert Massot, quien en una entrevista aseguró que el objetivo futuro es “que la redistribución de los fondos entre los 28 estados miembro sea más equitativa, dando más a los países del Este y quitando al resto”.
De esta forma, parece que no apoyar la tasa plana, se puede convertir en lo que reza el dicho español “pan para hoy, hambre para mañana”.