A la tercera fue la vencida…, pero a la cuarta ¡¡dudó de nuevo!! Una de las anécdotas más divertidas, aplaudidas y comentadas del acto de presentación del Anuario 2014 de la Agricultura Familiar de España auspiciado por UPA estuvo protagonizada por la vicesecretaria general de esta organización profesional agraria, Montserrat Cortiñas. Ésta, por dos veces consecutivas no acertó a decir el nombre exacto del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, cambiando el órden de los términos o añadiendo el de «ganadería». Cuando, por fin, lo logró, se desataron los aplausos y risas de los asistentes, (incluidas las de la propia ministra del área, Isabel García Tejerina).
La dulce voz de Cortiñas fue la que guió la entrega de premios que la Fundación Estudios Rurales de UPA organiza anualmente, un acto que también sirve para presentar el mencionado Anuario de la agricultura familiar que este año cumple su XXI edición y que, desde sus inicios, ha estado coordinado por el catedrático del CSIC Eduardo Moyano.
Precisamente, antes de su presentación, el propio Moyano me explicaba otra anécdota, esta vez sobre el propio Anuario. En esta ocasión, con motivo de la celebración mundial del Año Internacional de la Agricultura Familiar, AIAF 2014, la publicación ha hecho un considerable esfuerzo por incluir artículos que explican cómo es este tipo de agricultura en casi todas las partes de mundo. Japón es uno de los países incluidos, y desde allí Moyano recibió un artículo de Shimpei Murakami escrito en japonés. Para conseguir su traducción, tuvo que enviarlo hasta Brasil, donde encontró a un conocido que sabía de una japonesa que, finalmente, fue la que lo tradujo.
Sin embargo, fue el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, el que generó la mayor anécdota de este día provocando la carcajada del auditorio. Ramos, al reconocer el trabajo del escritor Jesús Carrasco con su debut literario «Intemperie», se confesó modestamente: «Para mí, la primera sorpresa fue el título: ‘Intemperie’, porque ¡yo siempre había dicho ‘interperie«!. Con este comentario, el secretario general de UPA demostró, una vez más, su espontaneidad y naturalidad, algo que, según cuentan los propios de su organización, se agradece mucho en Europa, donde los líderes agrarios son «más puestos y estirados».
El evento más institucional y social de UPA (perteneciente a UGT y vinculada al PSOE) estuvo arropado por muchas personas del partido socialista como Fernando Moraleda, Josep Puxeu, Francisco Amarillo, Fuensanta Coves o Hugo Morán.
Por su parte, los más cercanos al PP llegaron al calor de la ministra, como fue el caso del secretario general de Agricultura, Carlos Cabanas, o del consejero de Agricultura de Extremadura, José Antonio Echávarri.
Entre el público, también se reconocía a funcionarios del Ministerio de Agricultura, como Andrés Montero o Francisco Martínez Arroyo; agrónomos expertos en economía agraria, como Raúl Compés o José María Alvarez-Coque; representantes de las redes de desarrollo rural, como Aurelio García de la REDR y Felipe González de Canales de la REDER; gentes del vino, como Rafael del Rey, de la OEMV, del aceite, como Primitivo Fernández de Anierac, o de la distribución, como Felipe Medina, de Asedas.
Como manda el protocolo, la ministra Isabel García Tejerina fue la encargada de clausurar el acto con un último discurso que resultó demasiado plano, tanto en el tono como en el contenido. Y es que, ¡qué difícil es quedar para el final y sorprender al auditorio!