Alimentos low cost frente alimentos premium. Esa es una tendencia de la alimentación actual que Lacriba.net ha podido contrastar con varios empresarios del sector, además de con algunos datos. De esta manera, el mercado de los productos alimentarios se suma a una polarización que en otros sectores ya hemos asumido, como en las aerolíneas, los electrodomésticos, la moda, etc.
Hace unos meses este blog analizó un ejemplo de dicha situación en el artículo «Algunos porqués sobre los datos del Panel de consumo alimentario», donde esta diferencia se veía muy claramente en el mercado del aceite. Según el Panel de Consumo Alimentario de 2013, el de oliva virgen subió en 2013 más de diez puntos, los refinados cayeron, y en su lugar el aceite de girasol aumentó en casi nueve puntos. De esta manera, entre los aceites vírgenes y los de girasol se ha abierto una brecha en la que los aceites de la gama media, los refinados de oliva, han sido los grandes perdedores.
Junto a esto, otra tendencia a tener en cuenta es el continuo incremento de los productos de marca de distribuidor (o marca blanca), que según el último estudio Nielsen 360º en 2013 incrementaron un 0,9% respecto a 2012, acaparando el 38% de las ventas, siendo los alimentos envasados una de las gamas con más crecimiento.
En el lado opuesto se sitúan los alimentos premium, delicatessen, gourmet o como se quieran denominar, aquellos que aportan al consumidor un valor añadido, sea en calidad organoléptica del producto, proceso de fabricación, presentación, formato, etc.
«¿Existe la tendencia a producir alimentos low cost y alimentos premium?». Esta fue la pregunta que lancé en una mesa redonda sobre innovación alimentaria que moderé dentro de la VIII Muestra Gastronómica de la pasta y el dulce celebrada en Daroca (Zaragoza). La respuesta fue afirmativa por parte de varios empresarios de distinta índole: desde Inés Arteaga, directora de Organic Gourmet; hasta el director general de Pastas Romero, Francisco Javier Romero, y el director de Dr. Schär en la Península Ibérica, Pablo Bazco. «Se da el caso de que en una cadena de supermercados sacamos nuestros productos para celíacos del lineal de alimentos especiales, los colocamos junto a otros tipos de pan y eso ha llevado a que nuestras ventas se hayan multiplicado por cuatro en dicha cadena», expuso Bazco como ejemplo de que el consumidor está dispuesto a pagar más por un producto con un mayor valor añadido.
La polarización de los mercados se está convirtiendo en una tendencia que cada vez va a más, y hay incluso estudios que así lo confirman, recomendando a los empresarios «no quedarse en medio». (Por ejemplo, un artículo del consultor de empresas Javier Sastre).
Actualmente, en la Unión Europea, la cesta de la compra es más barata que hace décadas —gracias, entre otras cuestiones, a la Política Agraria Comunitaria, PAC—. Asimismo, nunca ha habido tanta seguridad alimentaria como hoy día, donde absolutamente todos los alimentos que se encuentran a la venta cumplen con unos requisitos y controles mínimos que garantizan su consumo.
Ante tanta diversidad y tipos de oferta, unos mercados tan segmentados con unos perfiles de clientes tan diferentes, las marcas de alimentos deberán, cada vez más, decidir a quiénes se dirigen para saber si son low cost, premium o se quedan en lo que parece que se va a convertir «el limbo del medio».
Harina de otro costa será lo que ocurra con aquellos alimentos sin marca, como son la mayoría de los que se consumen en fresco.
Interesante post Elisa. Esta tendencia a la polarización tiene su explicación por el empobrecimiento de la clase media; en el periodo 2007-2013, el 25% de los hogares españoles han perdido el 75% de su renta y casi la mitad el 25%. La crisis ha transformado en clase media-baja a un significativo número de familias, aunque hay un 20-25% que mantiene un poder adquisitivo similar a 2007.
Gracias Rubén, viniendo de ti, ¡tus palabras son todo un halago! 🙂
La crisis seguro que tiene parte que ver en esta tendencia a la polarización, sin embargo, creo que es algo que va más allá, me da la impresión que es algo que ocurre no sólo en países con crisis económica como España. Quizás se deba a que, en los últimos años, el mercado de los alimentos y sus marcas ha evolucionado mucho y se encuentra a la par que otros como los de la ropa, el calzado, los electrodomésticos, los automóviles…
Vamos, que es un buen tema para analizar más profundamente. ¡A ver quién lo retoma! 😉
Gracias por tu tiempo. Seguimos en contacto.