En los últimos años las noticias sobre alimentación han proliferado en los medios de comunicación, pero más por los beneficios de los alimentos y su valor nutricional que por la actividad económica y social que generan los eslabones que conforman la cadena agroalimentaria.
De este modo, las noticias sobre alimentación se suelen encontrar en la sección de sociedad o salud, mientras que las de agricultura, industrias alimentarias o distribución son más propias de la sección de economía, apareciendo con más asiduidad en los medios de comunicación económicos (periódicos salmón) o, principalmente, en la prensa regional, más vinculada a una actividad como la agraria y pesquera, más pegadas al territorio.
Asimismo, la especialización en periodismo de salud está más asentada entre los periodistas mientras que la del periodismo agroalimentario tiene por delante un largo camino por recorrer, sobre todo en medios generalistas.
La tormenta informativa perfecta
En las últimas décadas, pocas noticias sobre la producción de alimentos o las industrias alimentarias y su distribución han ocupado las portadas de los periódicos y de los programas informativos, cuando económicamente, los diferentes eslabones que conforman la cadena agroalimentaria tienen un considerable peso económico y social en España, ya que suponen alrededor del 10% del PIB del país.
Hasta el pasado mes de febrero, cuando a raíz de las manifestaciones de los #AgricultoresAllímite, los ciudadanos, a través de los medios generalistas, conocieron el principal problema que padecen los agricultores y ganaderos: la crisis de los precios en origen.
La situación no es nada nueva, puesto que viene ocurriendo desde principios del siglo XXI, sin embargo, el pasado mes de febrero se dio la tormenta informativa perfecta para que un hecho más que difundido por los medios especializados del secto primario, se convirtiera en actualidad nacional a principios de 2020.
Posteriormente, la situación del Estado de Alarma hizo que los ciudadanos se centraran durante semanas en mantener llenas sus neveras, pensaran más en su alimentación, cocinaran en casa y comprobaran que, a pesar de la difícil situación del país, los puntos de venta de la alimentación seguían correctamente abastecidos.
Asimismo, los productores de alimentos, las industrias alimentarias y los profesionales de la distribución fueron considerados como trabajadores indispensables durante los días más difíciles del confinamiento, y de este modo, los diferentes profesionales que conforman parte de la cadena alimentaria, salieron de su invisibilidad y empezaron a ser reconocidos por su trabajo.
Por otra parte, los agricultores, tan denostados en ocasiones por aplicar herbicidas en los campos para obtener mayores cosechas y más sanas, fueron aplaudidos por utilizar las mismas máquinas de aplicación de fitosanitarios para pulverizar con desinfectantes calles de gran parte de los pueblos de España.
Y posteriormente, el sector agrario siguió siendo actualidad porque varios de los brotes de COVID19 surgieron a raíz de los temporeros de la fruta, sus condiciones de trabajo y de vida (aunque en este caso, las informaciones mostraban una cara menos amable de la producción agraria).
¡Es el momento!
El sector primario nunca había estado tan presente entre la ciudadanía como en los últimos meses. El estado de bienestar al que estamos acostumbrados ha conseguido que la producción de alimentos y su adquisición (algo fundamental para la supervivencia del ser humano) se haya convertido en algo normal e incluso banal. Estamos tan acostumbrados a tener llena la nevera que, en nuestro día a día, apenas les damos importancia.
Por eso, ahora que los medios generalistas son un poco más sensibles a tener en cuenta las noticias agroalimentarias y que los ciudadanos, a raíz de esas informaciones, también están más próximos a la producción de alimentos, ¡es el momento de informar y comunicar sobre el agro!
Por una parte, desde los medios de información, que pueden encontrar en el sector agrario una gran cantidad de historias a mirar a través de diferentes prismas: económico, social, medioambiental, de salud, devertebración del territorio, …
Por otra, y casi más importante, desde las propias organizaciones, colectivos y empresas del sector, que son quienes tienen que saber comunicar su trabajo, su labor y “venderlo” informativamente a los medios de comunicación para que la sociedad conozca mejor cómo y dónde se producen los alimentos que llevan a su casa.
Desde la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España nos marcamos como objetivo mejorar la cadena de la comunicación agroalimentaria. Por ello, desde 2017 y junto a la Universidad San Jorge estamos llevando a cabo el posgrado de Experto en Comunicación Agroalimentaria, dirigido a dos perfiles de alumnos: por una parte a los periodistas que quieran contar e informar verazmente sobre el sector primario, por otra a los profesionales del sector agroalimentario que tienen que conocer las herramientas de la comunicación más adecuadas para transmitir su labor y así, estar más próximos de los ciudadanos.
[Todo esto quedó plasmado en el curso de verano en formato webinar realizado por el Grupo San Valero el pasado 15 de julio].
En este año 2020 la brecha de las informaciones agroalimentarias se ha a bierto como nunca en los medios generalistas; las redacciones y los ciudadanos están más sensibilizados con el sector primario. Sin duda, hay que aprovechar esta oportunidad, hay que comunicar y seguir suministrando noticias, cada uno desde su posición , para, gota a gota, como el riego por goteo, conseguir que la producción de alimentos y sus protagonistas adquieran en nuestra sociedad el conocimiento y posterior reconocimiento que se merecen.