Adiós al cese anticipado. Esta medida casi tradicional de la PAC desaparece desde 2014, año transitorio hacia la aplicación de la nueva reforma que se desarrollará hasta 2020. Y además lo hace sin pena ni gloria, dada su escasa efectividad en mejorar el relevo generacional en el campo. «No me han llegado los lamentos de nadie, porque apenas era efectiva para el agricultor profesional», apunta el coordinador técnico de COAG, José Luis Miguel.
Muchos relacionamos esta ayuda a la jubilación agraria con otras dos líneas importantes: la incorporación de jóvenes agricultores y la modernización de explotaciones, ya que eran unas de las medidas de acompañamiento más importantes antes de la PAC del 92 y también después, hasta el periodo 2007-2013.
El objetivo del cese anticipado era «favorecer la renovación generacional y el aumento de la viabilidad de las explotaciones agrarias mediante la reestructuración y ampliación de éstas y la elevación del grado de cualificación profesional de sus titulares». Sin embargo, en España, ha tenido muy poca aceptación, por varias cuestiones.
«Aunque teóricamente podría haber sido una medida vital para el necesario relevo generacional del sector agrario, apenas ha sido eficaz porque era demasiado compleja. Los requisitos establecidos para el cedente y el cesionario eran tantos que prácticamente era imposible cumplirlos. De hecho, en España ha tenido una incidencia desigual, siendo mayor en la cornisa Cantábrica y en Castilla León y prácticamente casi nula en Andalucía», explica el responsable de Desarrollo Rural de ASAJA, Antonio Caro.
En ello, coincide el coordinador técnico de COAG: «Esta medida apenas se ha aplicado porque los importes de las ayudas eran raquíticos. Por ello, sólo merecía la pena para aquellas explotaciones muy pequeñas, de subsistencia, ubicadas muchas de ellas en el norte de España. Creo que el cese anticipado fue efectivo en su momento, pero ahora, los tiempos se le habían echado encima» explica José Luis Miguel. [Más información en este análisis del Anuario de COAG de 2003].
Antonio Caro, de ASAJA, —quien participa en los comités de seguimiento y en los grupos consultivos de Desarrollo Rural en Bruselas— explica que «aunque esta línea de ayudas ha resultado beneficiosa en otros países de la Unión Europea como Finlandia, el planteamiento de su eliminación de la PAC viene marcado por la Dirección General de Empleo de la Comisión Europea, que se oponía a que continuara».
Por otra parte, tanto ASAJA como COAG coinciden en que en el periodo 2007-2013, en el que la gestión de los PDR ha estado en manos de las comunidades autónomas, el desarrollo de esta medida ha sido muy desigual, con un difícil seguimiento en España.
Así, cuando el relevo generacional continúa siendo un gran reto a solucionar en el sector agrario —donde más de la mitad de los agricultores en España tienen más de 55 años— la Unión Europea decide dejar atrás el cese anticipado y apostar por apoyar la incorporación al campo, destinando un 2% del total del primer pilar a ayudas para jóvenes agricultores, una medida que, algunas organizaciones profesionales agrarias continúan considerando insuficiente.