Recién comenzada la primera campaña de la nueva reforma de la PAC 2015-2020, ya son varios los estudios y las voces que comienzan a hablar de la reforma de 2017 y de los cambios que habrá a partir de 2020.

En el informe «Reflexiones en torno a la PAC» publicado por Cajamar a finales del año pasado, se afirma en varias ocasiones que el futuro de la Política Agraria Comunitaria irá hacia la convergencia, de manera que dos superficies de tierra similares en la Unión Europea reciban pagos semejantes. [También lo indica el experto de la PAC Francisco Martínez Arroyo en esta entrevista].

cultivos de regadío

Y en este camino, ¿quiénes serán los que más perderán? Según el profesor José Antonio Gómez Limón, los cultivos de regadío. Tal y como explica en el epígrafe «La agricultura de regadío en el contexto de la nueva PAC», el nuevo sistema de pagos directos que se está poniendo en marcha es más favorable para los intereses de regadío. España ha conseguido evitar cambios significativos en la PAC 2015-2020 de manera que los agricultores españoles van a recibir unos pagos básicos similares a los que han venido recibiendo con el Pago Único.

En este sentido, en opinión de Gómez Limón, la menos beneficiada por la actual PAC ha sido la agricultura más marginal, la de las zonas desfavorecidas, para la que «el resultado final de la reforma ha sido decepcionante».

Por ello, si a partir de 2017, o a lo sumo 2020, se va a seguir caminando hacia un reparto de ayudas cada vez más equitativo, «es previsible que la agricultura de regadío pierda una parte significativa de las ayudas que recibe actualmente en favor de los sistemas agrarios más desfavorecidos«.

Por ello, se podría esperar que, en unos años, los cultivos de regadío sufran un mayor recorte de las ayudas PAC de los que van a notar en el actual período.

«Bien harán los productores de regadío que quieran seguir siéndolo en un futuro en ir adoptando medidas que le permitan incrementar su competitividad y reducir su dependencia de las ayudas de la PAC. Por supuesto, que el reto no resulta fácil, pero sería de necios no comenzar a plantearse cambios estratégicos en esta línea», señala el profesor Gómez Limón.

Y es que, si hay algo cierto en las sucesivas reformas que viene teniendo la Política Agraria Común desde 1992 es que el presupuesto comunitario es cada vez menor y hay que repartirlo entre más estados miembro de la Unión Europea.

Como apunta Gómez Limón «A nadie le gusta perder un euro y quizá por ello se tiende a pensar que las subvenciones son para siempre. Pero no lo son. (…) Debe entenderse que los pagos directos han sido, son y serán un instrumento de la PAC al servicio de lo que decidan los poderes políticos europeos«.

Así, agricultor y ganadero, en medio del actual batiburrillo de la nueva PAC, siga pensando en que estos cambios no se acaban, todavía habrá más y los resistirá quien posea una explotación eficiente y rentable.

Escrito por Elisa Plumed

Periodista especializada en agricultura y alimentación.

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