Año nuevo, vida nueva. Así ha sido mi comienzo de 2015. Pero a la incertidumbre de una nueva aventura se sumó una mala noticia que a algunos nos llegó como un mazazo: el fallecimiento, el pasado 6 de enero, de nuestra compañera y colega Olatz Ruiz.
Olatz fue periodista especializada en agroalimentación, todo un referente en Andalucía y en parte de España. Licenciada en Periodismo por la Complutense de Madrid, trabajó en Diario 16 de Andalucía, donde fue jefa de la sección de Economía. Posteriormente, fue periodista free-lance y estuvo vinculada a la Asociación de la Prensa de Sevilla y a la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España, APAE.
Olatz manejaba a la perfección la información agroalimentaria y defendió su divulgación en medios como El Mundo, el Correo de Andalucía o el Diario de Sevilla, donde desde noviembre de 2013 hasta sus últimos días coordinó el suplemento AGR.
Olatz también colaboró durante más de una década con Europa Agraria, medio en el que me forjé profesionalmente y dirigí durante sus últimos ocho años.
Recuerdo cómo todos los meses, cuando debía leer de cabo a rabo todo el periódico, esperaba con ganas la media página de opinión que escribía Olatz, su “Echando cuentas”. Reconozco que casi siempre disfrutaba con sus artículos, finos y agudos en la mayoría de las ocasiones.
Ambas coincidíamos en nuestro interés por la política agraria y por los políticos que la dirigen, por sus declaraciones y gestos, por las cosecuencias económicas y sociales de las decisiones gubernamentales. Recuerdo cómo, a veces, intentábamos sonsacarnos información, la una a la otra, a ver qué sabías tú que pudiera servirme a mi, y viceversa. Ay… ¡qué «larga» eras Olatz!
Profesionalmente, la mayor virtud de Olatz era tejer un magnífico texto con dos ideas o comentarios: los contextualizaba, los analizaba y desmenuzaba y ¡voilà! Rozaba la perfección.
Confieso que mi directora entonces, Alicia Vives, y yo, todavía envidiamos esa capacidad de Olatz. Eso sólo lo sabía hacer ella, quien albergaba un gran poso de conocimiento del sector, y quien además poseía la maestría de organizar las ideas y elegir las palabras adecuadas para que el resultado fuera interesante y atractivo. ¡Chapó Olatz!
Personalmente, Olatz fue una mujer solitaria, a la que le gustaba ir a su aire. Por eso, cuando discretamente nos comentó su enfermedad a los compañeros de APAE, algunos preferimos guardar silencio y no difundirlo, comprendiendo esa discreción de la que Olatz hacía gala.
Me contaron que en su funeral Olatz estuvo muy bien acompañada por compañeros de la Asociación de la Prensa de Sevilla (quienes velaron por ella en sus últimos días [gracias!]), por periodistas y directores de medios de información andaluces y por gentes del sector agrario.
No pude estar allí, aunque, al igual que ya hicieron otros colegas tuyos de El Mundo, el Diario de Sevilla o del periodismo agroalimentario, he querido retomar contigo mis «cribas» y rendirte este discreto espacio.
Olatz, te echamos y te echaremos de menos.
No lo has podido explicar mejor, Elisa. Maestría al redactar, con un par de ideas hacía reportajes geniales, que leía de cabo a rabo sin perder ni un ápice de interés. Me encantaba que me contara su visión del sector, para mí fue una gran maestra. Me pasó parecido a ti, estuvimos hablando a primeros de diciembre, se me cortó la llamada y quedé en retomar la conversación. No pudo ser. Un abrazo desde aquí.
Me he alegrado, una vez más de leerte Elisa, y en esta ocasión de forma especial por el recuerdo cariñoso a una persona que se ha ido antes de tiempo. Todos los que llevamos ya bastantes años dedicándonos al campo y a sus gentes, hemos tenido la suerte de conocer a Olatz, en mi caso además había una componente generacional que acentuaba la complicidad. En mis muchos años de trabajo en Sevilla tuve la oportunidad de escuchar y de hablar con Olatz en muchas ocasiones. Estuvo siempre muy cerca de las iniciativas que tomaba la entonces Consejería de Agricultura y Pesca (por ejemplo cuando elaboramos el Plan de Modernización de la Agricultura Andaluza o el Programa de Desarrollo Rural o las campañas de promoción agroalimentarias). Cuando trataba un tema o estaba presente en un acto, sabías que iba a hacer aportaciones o precisiones acertadas, con fondo y criterio propio. Su carácter discreto remarcaba aún más sus agudos juicios.
Se nos ha ido, pero quedará para siempre en el recuerdo de los que la conocimos. Ojala que esta muerte prematura nos haga reflexionar sobre la fragilidad de la vida y vivamos más intensamente, porque como recoge «las mil y una noches»: También esto pasará.
Me acabo de quedar frío. La conocía bien en distintas etapas de su vida profesional. Cuando nombraron Consejero de Agriculrura y Pesca a Paulino Plata, estuvimos hablando y le sugerí que se reuniera con Olatz, ella, como nadie, podría echarle una mano en el área de comunicación. Hablé con ella hace cuatro meses y parecía esperanzada. DEP, amiga Olatz!.
Elisa: Muy emotiva tu crónica sobre Olatz, a la que conocí bien cuando estuve con Planas de director de gabinete en 1994. Entonces venía al despacho y conversábamos sobre temas agrarios, especialmente sobre las OPAs que entonces andaban en proceso de consolidación. ASAJA (entonces dirigida en Andalucía por Felipe González de Canales) andaba con problemas internos al no haberse cerrado bien la fusión entre CNAG y Jóvenes Agricultores. La izquierda agraria andaba revuelta tras la ruptura entre la UGT y el PSOE (la UPA, asociada a UGT, competía por una extraña UAEF, promovida por sectores del partido socialista). UAGA andaba cicatrizando las heridas producidas por las tensiones sufridas durante el periodo de Manaute (máximo dirigente andaluz de COAG) como consejero de Agricultura. Finalmente, Andalucía era la única región española donde no se había producido la unión del cooperativismo, continuando dividido entre FACA y FECOAGA. Era no sólo buena conversadora, sino aguda polemista, que nos llevaba a discusiones interminables. Descanse en paz
Gracias Eduardo. Ya lo dices, Oltaz era aguda. La echaré de menos, como compañera con la que, de vez en cuando, compartíamos los chismes de la política agraria y de sus políticos, y como seguidora de sus artículos, que no sólo eran buenos, si no que redactaba con gran maestría. Insisto, no he visto a nadie que con dos ideas sepa ensamblar un texto genial. Esa era su gran virtud que sigo envidiando.
Descanse en paz.